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sábado, 14 de marzo de 2015

El Amor de Dios hacia nosotros.



EL AMOR DE DIOS

Llenos de su amor podemos sobrellevar
bien el dolor, disipar el temor, perdonar
libremente, evitar la contención,
renovar la fortaleza y bendecir
y ayudar a los demás.



Dios es Amor, y su amor es muy diferente al amor humano. El amor de Dios es incondicional y no se basa en sentimientos o emociones. No nos ama porque nosotros seamos fáciles de amar o porque le hagamos sentir bien; él nos ama porque él es amor. Él nos creó para tener una relación amorosa con él y sacrificó a su propio hijo (quien también estaba dispuesto a morir por nosotros) para restaurar esa relación.
DIFERENCIA ENTRE EL AMOR DE DIOS Y EL AMOR DEL HOMBRE

La diferencia básica entre el amor de Dios y el del hombre es que Dios ama a los enemigos, la humanidad entera, y no espera la recompensa, es decir no necesita ser amado antes, sino que ama por naturaleza, porque el poder de Su amor es mayor que todo sentimiento que conocemos, y Su benignidad nos guía al arrepentimiento. Dios sabe cual es el resultado del amor por los enemigos, lo ha visto en la Cruz, El sabe el resultado en nuestras almas para la eternidad y le ha merecido y le merece la pena la gran batalla por nosotros, por sus hijos. Un buen padre lucha por sus hijos en el mundo, ¿cómo no lucharía nuestro Padre por nosotros para la eternidad?
El amor de Dios es tan fuerte hacia nosotros que ha dado a Su Hijo Unigénito entregándole en la Cruz para morir en nuestro lugar, por nuestro pecado, o error, debido a nuestra desobediencia a Dios, esto es que queremos que Dios sea como cada uno de nosotros lo concibe en lugar de hacer Su Palabra: ...Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. 1Juan 2:17. Esa voluntad es que recibamos al Hijo de Dios como nuestro Salvador, porque Él es el que bautiza con el Espíritu Santo. Esto para los que le hemos oído estando en este cuerpo, pero también se encontrarán con Él y Le oirán tras la resurrección los que tuvieron y tienen un corazón volcado hacia Dios pero no conocieron el Evangelio.
El amor del hombre sin embargo está enfocado básicamente en dos cosas, primero en sus instintos animales, incluida la maternidad, y segundo, el amor del hombre natural le guía a buscar el disfrute egoísta de lo que tiene a su alcance, sin mirar al prójimo. El hombre por lo tanto ama el dinero, el poder, el éxito ante los demás, busca ser reconocido, ser el líder, ganar en la competición a base de humillar y batir a su prójimo, y para ello mata y está matando diariamente, como vemos en las noticias cada día. El amor del hombre solo piensa en él mismo, es enemigo de Dios, es del diablo, ni siquiera mira a su Creador.
El amor del hombre se diferencia poco del amor animal, que es por instinto de supervivencia meramente y como mucho de su propio clan, a veces ni eso, Caín y Abel. Si tuviéramos que hacer un resumen de la humanidad que presentarle a Dios y ver desde fuera el resultado del mundo del hombre, ¿Cómo explicaríamos las atrocidades cometidas, el hambre, las guerras, los gobiernos buscando solo el dinero y el poder? No podemos decir que el hombre tenga amor, sino afán por dominar, no tiene amor de Dios.


TEXTO CLAVE:
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él."  Juan 3:16-17

Además de lo que ha hecho por nosotros, Dios nos ama de tal manera que si andamos con Él en nuestro caminar diario, en nuestras vidas, si le preguntamos a Él en oración, no dejará de enseñarnos en Su Palabra, de avisarnos, de guiarnos y de darnos señales o sueños para que no erremos en todo lo que emprendamos. Esa compañía Suya es la que nos muestra cada día el amor que nos tiene, y esto lo experimenta cada uno en su intimidad.
Las cualidades del amor de Dios son infinitas, pero podríamos vislumbrar que el amor de Dios procede de la esencia eterna y espiritual de la naturaleza divina; esta le confiere unas cualidades que por naturaleza no sentimos, pero que podemos comenzar a experimentar por el acercamiento de Dios a nosotros.
Al mismo tiempo, el amor de Dios ve mas allá de los límites de nuestro corazón, ve el resultado de Su obra en la dimensión eterna y es paciente, no se queda en el enojo, ni en la ira o en la venganza. En definitiva tiene la mira puesta en lo espiritual.

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